
Cuando nos enamoramos somos felices con esa persona, pero cuando acaba lo pasamos mal. Lo pasamos mal cuando esa persona ya ni nos mira, ni nos saluda y no se preocupa, cuando lloramos cada día que pasa al acordarnos de buenos momentos, cuando nos echamos la culpa de todo a nosotros mismos, cuando deseamos retroceder en el tiempo solo por poder estar con esa persona, cuando nos morimos de ganas de poder hablarle pero no lo hacemos por miedo, cuando cada cosa que hay a tu alrededor te recuerda a el/la, cuando sabes que en un momento del día le vas a ver aunque sea de pasada y estás deseando que llegue ese momento, cuando estás todo el rato pensando que hará en ese momento. Cuando te gustaría saber lo que piensa de ti, si te quiere, si te echa de menos, si se acuerda de ti... Cuando darías lo que fuera por un segundo a su lado, por una mirada o por una sonrisa, cuando te mata la idea de poder verle un día junto a otra persona que tal vez pueda hacerle más feliz que tú, cuando has dejado de vivir tu vida porque tu vida era el/la y ya no le tienes. Cuando cada segundo que pasas a solas es un tortura que no acaba nunca, cuando te encantaría poder abrazarle y besarle como lo hacías antes, cuando te gustaría decirle todo lo que sientes y no eres capaz por miedo a estropear las cosas o a agobiarle, cuando piensas en cada cosa que te decía, en todas las promesas que hacía, en todos los planes que teníais. Cuando sabes que los momentos que un día tuviesteis puede que no se vuelvan a repetir jamás y sobretodo cuando aunque estés enamorado hasta el alma la única solución sea olvidarle de una vez y seguir tu vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario