Paradise

Dicen que todo lo que nosotros estamos buscando, también nos busca a nosotros y que si nos quedamos quietos nos encontrará. Es algo que lleva mucho tiempo esperándonos, por eso, en cuanto llegue, no te muevas.

Sigo recordando el roce de tus labios, sigo recordando el roce de tu piel, sigo recordando el roce de tus manos.

Sigues aquí, igual que una explosión de sensaciones que cada día va en aumento, como el recuerdo que nunca desaparece. No eres un fantasma del pasado porque sigues aquí, como el primer día, el día que lo cambió todo. Sigues tan presente como cada una de las cosas que me ocurren cada día, como una rutina, un hábito, como algo imposible de ignorar o de olvidar. Tú sigues siendo un yo.

Odio saber que estás ahí y no tenerte, no poder hacer nada, odio no poder cambiar la situación, odio no poder sentirte cerca, no poder besarte, no poder abrazarte, no poder decirte lo que te quiero, lo que me importas y lo que te echo de menos. Odio verte pasar por delante y no poder hacer otra cosa que mirarte, odio saber que estás en la otra punta del pasillo y no poder estar a tu lado, no poder saber que haces a cada momento, no poder verte durante días seguidos, no poder sentarme a tu lado y hablarte y no poder ayudarte. Odio no ser la chica perfecta que necesitas, odio no ser la persona que estará a tu lado el resto de tu vida, odio no poder llamarte, no poder compartir momentos contigo e inmortalizarlos, odio no poder escaparme contigo donde haga falta, odio no poder tener una historia, un mundo en el que solo estemos tú y yo. Odio que ahora mismo no estés a mi lado, odio el hecho de que jamás vayas a leer esto, odio que no te des cuenta que eres de lo mejor que tengo y que te necesito, odio que no te des cuenta de que me haces sentir diferente y que cuando me miras todo cambia, odio no poder ser todo lo que necesitas. ¿Y sabes qué? Por mucho que odie mil cosas, te quiero, te echo de menos y te necesito.